You are here

¿Qué es lo que te hace tartamudear?

Todas las personas son diferentes. Algunas cosas las hacen bien y otras mal. Algunos chicos pueden correr muy rápido y otros no tanto. Algunos son muy buenos en matemática o dibujando; en cambio a otros les cuesta bastante.

Tomemos como ejemplo el dibujo. Para dibujar bien los músculos de tu brazo, tu mano y tus dedos deben trabajar todos juntos al mismo tiempo. Cuando hacer un dibujo te resulta difícil, entonces te cuesta hacer que todos esos músculos trabajen juntos; es como si dibujar fuese tu punto débil. Esto no es un gran problema, solo necesitás más tiempo para hacer un buen dibujo. Si tratás de hacerlo rápido, hay más posibilidades de que el dibujo te salga mal.

Si nos sos muy bueno en algo y encima tratás de hacerlo rápido, podés ponerte nervioso. Y cuando te ponés nervioso las cosas te cuestan todavía más. Especialmente cuando tenés miedo de cometer un error, es más probable que esto te pase. Las personas que dibujan bien no tienen este problema. Pueden dibujar rápido, hasta en los momentos en que se sienten tensos, y no tienen miedo de equivocarse.

Pasa lo mismo con el habla. Para algunas personas hablar es muy fácil y nunca tienen problemas al hacerlo. Pero las personas que tartamudean tienen su punto débil en esta área. Algunas veces puede ser difícil para tus labios, tu lengua, tu garganta y tu respiración trabajar juntos en forma rápida y suave. Cuando hablás lentamente o te sentís tranquilo, quizás no haya problema, y hables muy bien. Cuando hablás solo, cuando cantás o cuando hablás con tu perro o con tu gato, te sentís seguro y tranquilo y casi nunca te trabás.

Pero cuando estás apurado y querés decir algo rápido, o cuando estás nervioso, hablar puede resultar difícil y podés empezar a trabarte. Y si tenés miedo de que tartamudear esté mal y tratás con todas tu fuerzas de no hacerlo, hablar puede ser cada vez más difícil. Entonces quizás lo que hagas sea cerrar tus ojos o apretar con fuerza o hacer gestos para poder decir lo que querés. Los chicos que tienen mucho miedo de tartamudear pueden directamente quedarse callados. No atienden el teléfono, no terminan sus oraciones o tratan de encontrar palabras que les salgan más fácil. Esto no es nada divertido. Por eso es mucho mejor trabarte y no tratar de esconderlo. Te vas a sentir menos nervioso y cuanto más tranquilo estés, mas fácil te va a resultar hablar.